domingo, 7 de junio de 2009

...

Culpable de donde no hay por qué
tener culpa,
culpable de tener a otra persona en la
cabeza,
culpable de ponerse una prueba
absurda
culpable, de escribir de
nuevo para alguien.

¿Cómo demonios pasó?
¿Cómo cresta una casualidad
Ahora rehace vibrar, temblar,… recordar?

¿¿Cómo fue que
“ni aunque quisiera algo”, ahora
Quiero??

¿acaso reviví, como cuando encuentras
Una foto que creías perdida?

¿acaso de nuevo no escribo cuentos?

¿acaso?

¡¿acaso por la cresta un encuentro así
No estaba por nadie, nadie, planeado?!


El sentido es como el humo de
un cigarrillo, que gracias a curiosidad
no apague triste antes de encender…

y sin embargo, ya no queda
nada…

esperar algo seria solo esperar
un abrazo en el fondo del mar,
si de dicha quedara algo,
quisiera ofrecerla,… ofrecértela…

esta es un fría espera, mis palabras
espero no se congelen antes de
llegar a su puerto… tiemblo.

Voz… voz que paralizó.
Sabes bien que fue lo que me quedó.

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