jueves, 16 de julio de 2009

sangre en el techo

Divino bastardo de emplumadas cobardías
hecho carne impura para emplumar
cobardías de almas impuras y puras carnes,
no satisfacen mis porquerías ni de la
mas mínima a la que mas contamina,
pues de alas nacidas rotas la cantinela
vieja no se eleva sino solo se desgasta
en la mas torcida de las montañas…

Si claro está que la pena de la pena
es una tormenta con culpa de él ajeno,
¿Dónde tus alas se llevan el castigo?
¿Dónde tu carne impura reposa en la
tumba que merecían?

No basta con construirte un infierno
sólo para ti si no también un paraíso
de felicidad solitaria aburrida y constante
donde esperas en vano el arribo
de tu bandada emplumada…

Acá en la tierra estamos torcidos, sucios,
sin poder elevar la mirada a nuestras almas
o al menos a lo que nos importaría,
pues desgastamos nuestras capacidades
en los otros nosotros, sin que le brindemos
importancia salvo cuando todo el barrio
la comenta…

Ese espesor en la cabeza que hace dolerla
ni tus alas magnificas de plumas vacías
la alivia, queríamos ser libres
y por el espacio del eslabón la compartimos…
Escatimando su tiempo como el
pobre su dinero, ¿y dónde queda entonces
el espacio para elevar alas dentro de este
limitado cuarto de habitación?

Daría igual una fácil re-confortación,
hay mas santos que humanos, y mas
reconforte que dolor si eso es lo que
queremos, mas almohadas que sesos,
mas camas que cansancio, ni tus plumas
nos hacen saber cuándo estar lo suficiente cansado,
ni el suficiente descanso… ¿de ese miserable
pesar nos quieren salvar?, por decepción
habrá que mirar ese teatro sin final,
arrojando monedas sin valor para
celebrar esa pobre ensoñación…

Agitando las manos como alas
se vuela más rápido que esperando
que de verdad tengamos alas,
entiende, somos lerdos, si tuviéramos
alas nos estrellaríamos contra el techo…

No hay comentarios: