jueves, 2 de julio de 2009

Cama desarmada

Recuerdo esos besos,
esas tonadas de sexo en mi cama
en la mesa y las murallas,
no escuchábamos palabras
por mas que fueran pronunciadas.
tu cuello era un país entero,
mis dedos firmes y dóciles
recorrían tu espalda, se calentaban,
tus parpados gimoteaban cuando
te entraban y giraban.
Mi respiración te acompañaba
cuando me masturbabas,
la muralla yacía acostada,
tus senos se frotaban por mi pecho,
tú usando mi pene te masturbabas,
mi mano cogía tu mano
mi mano sujetaba tu cuello
mi boca se derretía por todo tu cuerpo,
tus pezones transpiraban, me empujaste a
la cama y me cabalgaste, te agitaste,
te excitaste, te derrumbaste, no te solté, te apreté,
tu ya no te movías pues yo me movía raudo
de la superficie hasta el fondo,
por dentro te remecías y me remecías por fuera
sin poder moverte todavía, te solté,
te tire, ahora tú boca abajo y abajo
te monte, separe tus piernas mientras ya te penetraba,
tus manos no se que hacían
una de las mías jugueteaban con tu clítoris
la otra el pelo te afirmaba.
Gozabas, jadeabas,
tus gemidos casi eran gritos,
los míos eran con los tuyos confundidos.
tiritabas, temblabas, yo no te soltaba,
decías palabras, no me importaba.
Solo eras abajo penetrada libre y caída.
De repente te volteaste,
salí de tus entrañas y me forzaste a de nuevo habitarlas,
abrazados, tú me abrazabas del cuello
yo de tus caderas,
te besaba todo lo que podía,
tu cuello tu lóbulo tu pera,
con mi lengua llegaba hasta tus senos,
con mis dientes te afirmaba…
Entraba, salía, entraba y salía
como una persona confundida,
mire tus ojos, ojos,
fueron segundos de
ver, tocar, oír, oler ojos,
¡tus ojos!, ¡LO VI TODO!
mi alma ya salía,
la tuya estaba que hervía,
eleve mi cara al cielo,
la tuya la escondiste en mi pecho y me mordías.
¡tus uñas ya eran de mi espalda!
¡mis manos controlarte trataban…!
y de pronto la limpieza del alma, que
tras una gigante tempestad nos dejo
cansados y casi en calma.

Tú ya no te movías
yo ya casi no respiraba
tú respirabas seco mirando como inconsciente
mientras por dentro estabas inundada.
Yo salía de tus entrañas y me tumbe a tu lado
como cayendo del cielo y del infierno al mismo tiempo…

Después de unos segundos
nos besábamos…

Después de unas semanas
solo recuerdo esos besos,

Mi cama, aún esta desarmada.

1 comentario:

June dijo...

De todo lo que escribes, en esto es en lo que verdaderamente haces gala. de verdad. encuentro que pa los relatos eroticos tienes mucho talento. dejate de escribirle a los pescaos. chao!