viernes, 10 de julio de 2009

ojalá nada

Nada, nada, la tristeza me atrapa como una abuela tierna,
fácil y hasta con ganas…
Siento que no tengo fuerzas, y me fuerzo a tenerlas
para soportar el miedo profundo que me
tiene expectante de lo que espero no pase…

¿Que puedo hacer?, si me siento oscuro
y en ascuas, si de la nada he visto ojos
decididos a entregarse al olvido... sin notarlo,
¡sin esperarlo sin siquiera atreverme a pensarlo!

¡¿Cómo?!, a ella no le sirve lo que a mí me hace sentirme vivo,
a ella no le sirve ser bañada con la luz de la luna que no es ambiciosa…
¿Sera que espera ser iluminada por siete soles de
todas las direcciones?, Mal…

¿Qué silueta de tus miedos te llevo a…

Lo siento… ni siquiera en palabras puedo esconderlo…
Lo siento… encontré el limite a lo que cuento…
Lo siento, por querer dejarlo en silencio.

2 comentarios:

Gabriela dijo...

Así es; la entrada cuesta la razón ¿Cómo lo sabías? ¿Me quieres seguir visitando aunque te cueste lo que pido?
No hay otra forma...

Pd: Eso de "la tristeza me atrapa como una abuela tierna" me produjo escalofríos, pero no de buena forma, porque personalmente no me gustan los ancianos, me producen repulsión y asco ¿Sueno como una maldita cruel? supongo que dirás que sí, pero es así; no me gustan los viejitos ni mis abuelos. Los estimo, pero los prefiero a un metro mío o más lejos.
Los pecesitos son un encanto, je.
Un adiós.

Atte.
Gabriela.

Fede Carré dijo...

ue horrible que alguien espere ás de lo que a nosotros mismos nos hace felices...

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