viernes, 9 de enero de 2009

finalidad

Finalidad, oh finalidad, ¡démosle a la escritura una finalidad!, ¿que seria del día si no tuviese finalidad?, ¿que sería la vida si no tuviese finalidad?, pero ¿que finalidad puede albergar la escritura?, detengámonos ahí…
se me hace necesario imaginar que dentro de mi cabeza hay una explosión que a todo humano que la contemple lo afectara, y ¿Por qué?, porque entonces ¿qué sentido tendría la explosión?, de esa misma manera ocurre a la escritura, ¿qué finalidad puede implicar?: ¿identidad?, ¿expresión?, ¿empatía?, ¿inspiración?, ¿revelación?; ¿hay más?, ¿hay alguna otra?, ¿si?, pero es tan inefable que se está incendiando antes de que se construya, se está marchitando antes que pueda florecer, ¿y por qué?, ¿es que acaso este mundo ya ni siquiera sirve de abono para la creación?, ¿y entonces?, ¿A dónde nos queda mirar?, ¿A dónde aun podemos mirar?, si me transformo yo mismo en el abono de mis ideas, todo creerán que solo me transforme en mierda, ¿y qué sentido tiene saber que solo uno mismo tiene razón?...
Me parece un extraño oficio el de transgredir, por todos lados la gente esta transgrediendo lo primero que encuentra; veo mujeres con pelos en las axilas, hombre que se comportan como mujeres, alcohólicos que vomitan fuera de la iglesia, en las pinturas más caras y en los principios de los otros, y todo me parece que por culpa de que el hombre ya no sabe y no encuentra la manera de transgredir… ¿y qué fin tiene esa maldita manía de salir de caverna, si el mismo hombre ya no sabe donde están sus cadenas?, parece que la rutina eterna de la vida nos encuentra sin saber que estamos en la rutina.
Finalidad, mmm, finalidad, ¿qué sentido puede tener la finalidad?, ya parece sarcasmo, exijo finalidad al escribir y ni siquiera finalidad tienen mis mismos escritos… podría ahogarme en el cerebro de miles de personas que buscan “finalidad” y no podría siquiera ahogarme con una sola gota de buen sentido… sin duda que ya esto es un sarcasmo.
Respondamos al problema, no tiremos la piedra y escondamos luego la mano, aunque para este caso es difícil, pues pareciese que la piedra es más pesada que la mano que la sostiene, ¿Cuánto tarado habrá muerto sepultado por piedras que los aplastaron?, mmm, pero, creamos, al menos, que da igual y que no quedare tranquilo hasta que todos vean que viven de mala manera, si es que quedamos de acuerdo que viven, que no solo arrastran mas años en su cuerpo…
Partamos desde mi principio: Enciendo el televisor, ¿qué veo primero?; comerciales, avisos publicitarios (a veces me gusta más ver comerciales que programas), y automáticamente quedo horrorizado, pues plantean atrevidas tesis acerca de la belleza, la vida, la libertad, el amor, etcétera, etcétera. Ya no es necesario leer para encontrar la verdad, solo es necesario ver comerciales, y uno gustosamente le da la razón recordándolos al comprar y preferir el producto que nos golpea el inconsciente. Bueno, todo esto pasa desapercibido, así que luego veo programas de conversación o humor, hasta toparme con noticias y realidad nacional. Wow. Todos, pero todos los sectores protestan por algo, la educación por su calidad, los camioneros y automovilistas por el precio del combustible, los médicos por la salud, los delincuentes por mejores y mayores oportunidades, mientras, el gobierno quiere dejar contento a dios y al diablo, a los que se benefician con la riqueza oculta de chile y a los que la exigen, pero, como dije, todos los sectores protestan por algo, pero ¿qué sucede en los corazones de los individuos que integran esos acalorados sectores?, ¿rigen su vida según los principios que defienden? todos los estudiantes exigen buena educación, ¿pero cuántos de ellos cumplen y rinden en sus clases?, los médicos ruegan por trabajar en el sistema privado y los delincuentes viven de sus emociones al delinquir. ¿Generalizo demasiado? tal vez, pero sigamos con el zapping, ahora veo teleseries que calman y emocionan a sus espectadores, mostrando de vez en cuando algún drama social, y, por sobre todo, no se me tiene que olvidar jamás porque estoy viendo la televisión, ¿Por qué?, por que buscaba entretención, olvidar que puedo pensar o para que la casa no esté en silencio… que puedo decir, toda esa basura no me sirve de abono para mis escritos, pero si para darme un motivo para apagar la televisión.
Tengo un trámite que hacer, salgo a la calle pensando que con que pudiera llegar a toparme, o en que aventura me podría ver envuelto, o que amor encontraría por las calles, pero como siempre, no pasa nada. Tomo el metro o la micro y disfruto mucho viendo las caras de las personas, imaginándome toda su vida detrás de sus caras, que qué fue lo hicieron, lo cansados que están o si su actividad lo convierte en alguien pleno, mientras veo mi cara y me parece que no hay finalidad alguna en ese voyerismo.
Duermo, despierto, pienso, o “pienso que pienso” como leí por allí, y me encuentro con ganas de cambiar en algo este podrido mundo, cambiar la manera de ver la vida y cambiar la manera de vivirla, y todo impulsado por el descontento en el que me encuentro, y esto me parece muy raro, pues aun no se qué nombre darle a la sensación de no poder dormir por las noches porque el espíritu del mundo (si es que aun tiene espíritu) está demasiado perdido, extraviado en su mismo giro continuo, que solo sirve para marear a la gente que vive en él. ¿Y que “finalidad” tiene eso?, que al menos hoy, supe que hacer mientras no podía dormir… escribir. Y esto en nada va a cambiar nada, sin duda me parece que esa nueva forma de escribir, que esa nueva manera de escribir, murió antes de nacer… yo la maté, y solo yo sé donde enterré su cuerpo…
Al menos podría escribir para volverme loco de una vez… ¿será esa una buena finalidad?
Mmm, no hay caso, esto no me deja tranquilo, podría encontrar el modo correcto de vivir: tras una larga búsqueda encontrar mis propios principios, vivir consecuentemente con ellos y alcanzar la dicha en mi responsabilidad con ellos, siendo los principios que sean, si me hacen quemar una iglesia o aportar a su mantención… y ahí está, una fórmula para una vida plena… ¡¿pero esto en que maldito sentido puede dejar alguien tranquilo consigo mismo?!, son mis acciones lo que me lleva a nuevas acciones, y agoto mi vida en la elección de mis acciones; esto no deja contento, esto, TODOS lo hacen, y no me permito vivir como todos, yo soy mi propio ejemplo y el abono que ayuda a crecer a todos a mí solo me pudre, entonces, ¿Dónde demonios esta mi paz?, ¿Dónde demonios se esconde el sentido a MI propia vida?, no me deja contento ese viejo cuento de “recorrer el camino que lleva a ti mismo”, esa no es una opción, eso es lo que sí o si va a pasar siempre, el problema verdadero está en que si logro o no trascender a mí mismo, si mi vida se va a condecir con el destino que elegí, para ser mas especifico, si algún día me logro contentar con solo ser yo, ¡pero si ese YO ni siquiera existe como tal!, ¡ese YO es lo que me hace ser reconocible, es decir, ese YO es de ustedes, es de los demás!, ¿Cuándo eso a alguien va a poder tranquilizar?, mientras, soy alguien a los ojos de los demás, mientras no soy nadie a los míos, se como soy pero no quién soy, es como si la búsqueda de ese yo intrínseco, de esa identidad intrínseca, independiente “fuera abrazar el humo que cuando lo abrazo se desvanece”. Y, mientras, aun no puedo dormir, la formula de una vida consecuente deja a los demás tranquilos, no a quien la vive, y todo se vuelve el mismo engaño de siempre, pero las cadenas se han vuelto claras, reales, y ahora se bien por donde comenzar a transgredir; por mí mismo. Aunque sabemos que una finalidad autodestructiva es, por donde se le mire, estúpida, pero nadie jamás podrá renegarla, pues es la que mejor TODOS comprenden… es la que mejor TODOS comprendemos… es la que mejor TODOS hacen…

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