cabros. me duelen las ganas de llorar,
me duelen las nauseas
me duele el sueño roto
me duele la nostalgia
me duele el vaso que empuño
la tristeza que arranca
las ausencias de cada segundo,
me duele también la cama,
el tenedor que casi masco
la silueta del amor sin descanso
la vida financiera
la arrogancia injustificada
la María con sus penas también me duele,
me duelen las hojas
la calvicie triste
la sonrisa melancólica
me duele el elogio
me duele la ventana llena de polvo,
la prenda que por rota está olvidada
me duele la espalda del jubilado
la caricia que cercana esta fría
las insinuaciones y sus bondades
la librería enmohecida
me duele ver tu pena,
me duele ser inútil contra ella
me duele tu destino
tu cara de querer despistarnos
me duelen los cretinos
me duele seguirte sin arribo
me duelen todas las cosas del silencio inmerecido
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