domingo, 11 de octubre de 2009

karma

Excluso,

Fácil, barato… sin remordimientos… excluso de lo que podría siquiera provocar culpa…

¿Como le fue con eso de la verdad?

Era dueño de la verdad… lo era, como todos lo somos, pero como todos somos cobardes decimos que ninguno la tiene… ¿cómo no ser un desgraciado con ese permiso tan grande que es nunca poder estar equivocado?... la gente la concede…

Como una araña. Era como una araña que tejía su red sin pensar en alguien en especial… esa red nunca tenía como objetivo atrapar únicamente a alguien… de ahí que muchos se equivocaran tejiendo redes… Él la dejo lista a su lado… solo es cosa de tiempo… y esperó mientras salió…

No solo atrapo mujeres, sino también historias, lagrimas, amigos, desencuentro, cervezas, alguna que otra cosa y el infaltable tabaco… fue un buen plan… y devoraba todo con la misma calma… sin jamás sentirse solo ni tampoco aproblemado.

Su tela de araña… también me atrapo a mí… fue… como una transfusión sanguínea, bastante extraño…

recordaba a su amiga… siempre en su tela de araña caía gente que deseaba morir; o desaparecer… o pasar por algo malo para que pudiesen querer lo bueno… ahora está viva, camina con ganas de mirar el cielo detrás de una sonrisa… la oscuridad de la tela no prohíbe ver la luz…

Sujeta, amarrada…

Se trataba de liberar,

No podía, su propio cuerpo se lo impedía, se retorcía de dolor placeroso,

Las mordidas de la araña penetraban

Pero la araña solo come a quien quiere ser comida…

Y se quedo atrapada hasta que lo deseó,

Duró… duró mucho el asunto, entraba y salía de la telaraña

Como la luz de día por la ventana,

Entre risas entre mentiras entre olvidos entre falso amor…

Este tipo hacia bien su trabajo; una pena que aun sea un trabajo malo (la falta de experiencia en ese tiempo)….

Si ahora ella camina libre por las calles es porque camina prisionera en los soñados recuerdos de la degustación de un manjar amargo… será prisionera, antes y después de que lo quiera…

Devorado por su hambre, no la comía teniéndola

Sumisa, atada, inmovilizada, dispuesta a recibir todo lo posible…

Se controlaba, o lo trataba de hacer;

La mordida del alimento ya sangraba, pero no completaba…

Y la ambigüedad del dominio y la pasión lo hacía abrir sus ojos…

Temblar sus manos…

erectar su pene…

Rasguñar la espalda de la comida…

Y la cabellera de ella filtraba una cara de pena…

La omisión… la omisión un par de veces la uso…

Y la dejo así por días… luego entró, le dio placer…

La soltó, la vistió… unas cuantas palabras para que no se sintiera sucia…



“no quieres ser comida mujer – pensaba él – mejor anda a ver la bella luz del sol”


La tela de araña, sigue intacta…

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