sábado, 5 de septiembre de 2009

último EPITAFIO

La curiosidad como el ojo que se contempla
no existe si no tiene motivo…

¿Y que motivo, que pobre alucinación, sirve para hacer que el ojo se contemple?, ya, esta bien, es una embriagante situación, ¿pero que mas?,… ahora y después sólo pienso que la extraña rudeza obstinada en conseguir lo que siempre has querido es rudeza por el momento en la que lo recordaste…
Querías tranquilidad y no te falta nada para tenerla, al contrario, te sobran, ¿y que es lo que haces contigo mientras lo piensas o lo hablas?, ¿Qué es lo que haces contigo mientras lo ignoras o lo olvidas? ¡¿Qué mierda es lo que haces contigo?!

¡¿acaso te gusta arrojarte a la estupidez del sentir alienado?!
¡¿acaso te gusta que usen lo poco que de ti saben para molestarte?!
¡¿acaso eres un idiota o sólo quieres gozar de la tranquilidad tu ultimo minuto de vida?!
¡¡tu mismo te haces daño, ¡¡aweonao!!, con la ilusión absurda de algo similar al amor!!

Así que deja de respirar, deja de sentir idioteces, ¡¡déjate de una vez por todas de mirar ojos que son luz para tu maldita alma de polilla!!, ya me entendiste, y no necesitas mas… NO ME HAS ENTENDIDO TODAVIA… ¡¡TU NUNCA ENTIENDES!!

Mira, afuera llueve, y sabes que te gusta la lluvia, nunca nada te ha reconfortado tanto como la lluvia, tanto así que conoces su única falla; que no te deja ver la luna… pero aun así no te enojas con ella

Recuerda también por qué caminabas, por qué podías sonreír, por qué no desconfiabas, por qué no te enamorabas…

Recuerda también que te gusta la fealdad, y que te gusta ser feo o parecerlo; y sólo para asegurarte que si le gustas a alguien sea por como eres y no por lo que pareces… la belleza te cautivo cuando no tenía ni cara, ni color, ni tampoco olor, sino sólo era una extensa sensación…

Recuérdate qué es lo que querías ser, al lado de tu egoísmo y de tus buenas intenciones, podías reír de cualquier cosa mientras respetabas, podías decirle que sí a dios mientras el diablo te felicitaba, podías decir la verdad sin ser herido, podías recibir la verdad sintiéndola libre en toda su densidad.

Vuelve a conservar la indiferencia, vuelve a tener feliz ira de saber que haces bien, vuelve a callar, callar y callar.

¿Querías ser un disparo que no se detuviera jamás?
Entonces comienza a recordar la trayectoria… te has dejado mucho al azar, recuerda por qué todo bien saldrá.

Toma agua con azúcar, toma agua con azúcar, y déjale a tu alma beberla en paz… va a ser un trago largo, que durara hasta que dejes de respirar.

1 comentario:

Inger M. dijo...

De repente me acordé de este sitio... Y debo decir, ¡cómo me ha llegado este texto!

... eso. Saludos.