¿Qué hombre no se ha querido follar a la virgen María?
levantarle esa toga con las manos
desde los tobillos y tocando esas piernas
que seguramente estaban sin depilar,
recordando y evocando ese instinto de follar en las cavernas…
No se han detenido ni un instante
esas manos que suben, la masturban aun sin despojarla
de su velo inmaculado,
pero mientras una la masturba la otra comienza
a ser victima del olor de una vagina que a cruzado el desierto a diario
y la mete ahora en su boca, que no es mejor de olor pero la lengua sabe hacer el resto…
Se han acabo los preámbulos, la virgen está sobre la mesa,
la toga rota mostrando sus senos,
¡Esos senos que alimentaron a dios!
son un refugio y una guarida que saquear.
lentamente, comenzamos a entrar por donde nada jamás ha entrado…
Y entro y salgo con total facilidad, sus líneas de sangre caen de a gotitas
suavizando el piso arenoso,
se confunden ya al fin los olores, los cuerpos se hacen más salados,
no hay rezo que me detenga, sus ropas son reliquias,
la no virgen gime más fuerte de lo que rezaba,
“Jesús nos esta mirando” dice mientras cierra los ojos e inclina hacia atrás la cabeza
sin importarle ni el infierno,
la virgen gime, gime fuerte y yo me vengo,
ella tiembla tanto como cuando dios se enoja
pero sus ojos brillaron más que el sol en su primer día,
todos los olores se han disipados,
sus cabellos enredado mas y creo que de aquí para adelante
parirá lo que somos… ambiciosos humanos…
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